martes, 29 de diciembre de 2015

Green as John

Bugambilias

Naranjo

Ceiba

Pino

Pino
 
Neem

"My thoughts are stars I cannot fathom into constellations". -John Green.

domingo, 20 de diciembre de 2015

baby, you're bleu

VII.

Gala no roncaba, pero su sueño pesaba tanto como el elefante blanco frente a la universidad. Sus ojos estaban más cerrados que su corazón y sus oídos más sordos que el compositor de la novena sinfonía. Siempre dormía en la cama de en medio, de manera que Kitty y Lavinia pudieron acomodar todo sin problema.
—¿Tienes todo?
—Sí, el tono que conseguí es un poco diferente; no había de otro—repuso Kitty.
—No hay pedo.
  Kitty le extendió el arma de todo estilista.
—¡Yo no quiero hacerlo!
—Hazlo tú, te cortas el pelo tu misma, ¿qué no?—excusó Kitty.
—No ves que jodido lo tengo.
—Nomás no la dejes pelona.
El corte transversal liberó cientos de cabellos platinados, el desgastado tinte de Gala. Si bien no era un cabello tan largo como el que podía trenzar Kitty, rebasaba notablemente el de Lavinia. 
—Gala y sus pelos de anciana— se quejó Lavinia tratando de juntarlos.
—Oye, como que te quedó muy corto, ¿no?
  Lavinia revisó de nuevo su trabajo. Tijereteó un poco más por aquí y por allá.
—¿Qué haces?
—Un degrafile. Así no se ve tan trasquilado—citó las palabras de un estilista.—¿Lo vas a pintar?
—Sí, ya está listo el tinte.
—¿Qué color es ese?
—Mmm... creo que negro—leyó la caja, y repuso:—Negro azulado.
—Esa caja está en chino—la tomó Lavinia—No, osea, literalmente; ¡está en chino!
—Es coreano—defendió Kitty.
—¿Y tú que sabes del coreano?
—Nada, pero fue el tinte más económico que encontré.
—¿En dónde? ¿El tianguis?
—En Ley...
—¡¿En Ley?! Te dije que fueras a Soriana, ¡está más cerquita!
—Ya sé, per...
   Ambas enmudaron al ver que Gala cambiaba de posición. Aún dormida.
—Como sea, ¡tú pónselo!—finalmente dio su veredicto, Lavinia.
Pasadas las dos de la mañana, Kitty trajo un valde con agua para enjuagar el cabello negro azulado de Gala. Recogieron todo y se dignaron a dormir.

Ese día, Lavinia y Kitty tenían clases a las siete, Gala hasta las nueve. Apuradas, salieron a la parada del camión, mientras el carro de Gala se quedó campante en el estacionamiento del edificio.
—Deberíamos tramitar la licencia.
—Sí, aunque tú no la consiguirías—indicó Kitty.—Manejas de la-
   El camión rugió tan terriblemente que silenció la palabrota de Kitty. Llegaron justo a las siete y cada quien se encaminó a su departamento. Civil le dedicó miles de chiflidos al unísono a Lavinia y Mecatrónica le dió la bienvenida gélida a Kitty. Para las doce, entrecruzaron sus caminos al andar por la calle de la Sabiduría.  
—¿La has visto?
—No—Kitty se mordió las uñas.—¡De seguro quedó tan mal que no se atrevió a venir!
—Claro que no—bufó Lavinia.—Ni que le hubieras pintado el pelo azul o que yo la haya dejado pelona.
—No, pero—dijo mientas caminaban a la biblioteca.—Tal vez no debimos.
—Demasiado tarde. Ya ni modo.
—Recuérdame por qué hicimos esto.
—Pues, ya sabes, Kitty, porque...
 
 
—Hola.

 

viernes, 27 de noviembre de 2015

martes, 17 de noviembre de 2015

Around the moon - J. V.







Dios, diciembre, libros, Julio Verne, lunas de Navidad, final de fútbol, arbolito, familia, primitos, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, ausencia de calor (si y sólo si T>-273.15°C), Lucy, club penguin, writings, bufandas, cuaderno de campo, le-happy.com, instagram,Tronconal, tamales de doña chichi-....

pero, ¿y tú, amigo?



miércoles, 11 de noviembre de 2015

sour



El café de las medias lunas de octubre,
guarda el petricor de las tardes de noviembre.


domingo, 8 de noviembre de 2015

sábado, 24 de octubre de 2015

Querida Viesca

hear me when I sing
the words I kept away from you
all the things we can do
time gets old

melancholy dance hit by Kat Von D



pueblo viejo, historia joven

enero 2013

Pesadilla de enero (2014)



Y se conjuntaron. Fabiana esperó a que Dante despertara del enamoramiento hacia Jenny. Regresó a sus morenos y fuertes brazos; fueron recordados como la pareja de futbolistas más cliché del Instituto Andrés S. Viesca.
Mientras que Andrés hizo coyuntura con una chica que retwiteaba frases de Facebook en tercera persona; una aspirante a médico que hablaba sin tenor y que denominaba como ciencia ficción a Divergente, Hush hush y los Juegos del Hambre...

—¡No!
El abrupto despertar envolvió a Fabiana en un profundo desasosiego, acorazado de negro y de un frío en la espalda. La habitación aún estaba oscura. Otra más de estas y despertaría en el suelo, a los pies de un sueño que jamás dominó. Encendió la lámpara y cuidadosamente abrió el cajón; de sus entrañas, extrajo una pluma y en la pasta de un libro, anotó:
"¿Acaso son perlas tus cuerdas? Porque tu voz me ha enviado al azul abanderado de profundo mar".
En referencia al entrañable piano de Andrés.
Quien fuera Fabiana la única que sabe que él palpaba los dientes blancos de un piano enmohecido y olvidado.

No podían estar el uno sin el otro. 

Devotos a tal mentira.
 


Un desierto de arenas negras les abría la boca para tragárselos sin migas.