martes, 26 de mayo de 2015

En los ojos de Biela



El cometa Biela lloró a manera de lluvia de estrellas.

Durante seis horas de una noche de noviembre en 1877,

Biela se esparció, fosforescente, por toda la tierra.

Ésta, al pasar de los años, se ha tragado los fragmentos del cometa.

Y han regresado a las raíces.

De las raíces han nacido árboles.

Y de los árboles se han recogido los frutos.

Ingiriendo los frutos, hemos preservado sus nutrientes.

Y en ellos está Biela.

Somos polvo de cometas.

-Viena.

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